Desde hace 6 meses, es frecuente ver aparecer en los medios de comunicación artículos y temas que tratan de la actitud de unos y otros frente al coronavirus. Entre los grupos señalados con el dedo están los jóvenes, quienes sin duda son los más reprobados. Más allá del hecho de que es peligroso y falso hacer una generalización hablando “de los jóvenes” (como si se tratara de un grupo único cuyos individuos, todos, tuviesen rasgos idénticos y una sola forma de pensar o de actuar), sería más pertinente dejar hacer oír sus voces y escuchar a las/los profesionales sobre el terreno que acuden a pasar un verano con este grupo tan criticado. Es en este sentido que Latitud Jóvenes, Organización de Juventud colaboradora de Solidaris, desea expresarse.
Una tribuna de Latitud Jóvenes (Bélgica)
Desde hace 6 meses, es frecuente ver aparecer en los medios de comunicación artículos y temas que tratan de la actitud de unos y otros frente al coronavirus. Entre los grupos señalados con el dedo están los jóvenes, quienes sin duda son los más reprobados.
Desde el inicio de la crisis, algunos medios de comunicación se esfuerzan por demostrar que los jóvenes se sienten menos afectados que los adultos por las medidas sanitarias y que prestan menos atención a limitar la propagación del virus, y a veces incluso que son irresponsables…
Por ejemplo, se ha podido leer en el sitio web de la Radiotelevisión Belga Francófona observaciones como que “¿ciertos jóvenes tienen comportamientos inconscientes, o les cuesta percibir los peligros? Es lo que se desprende de varios testimonios.” (1).
En julio pasado, Franklin Dehousse, profesor de la Universidad de Lieja, en una carta blanca de la publicación La Libre (2) ha llegado a decir que “Manifiestamente no sirve de nada hablarles de su familia (a la que ponen en peligro), ni del personal de la salud (a los que exponen a una nueva ola de infecciones en situaciones de riesgo), ni de los numerosos trabajadores cuya función les impide el confinamiento (agravando los riesgos). Hemos comprendido bien que la moral, la justicia o el propio altruismo no les interesan. Hablemos entonces de lo único que les interesa realmente: ellos mismos.”.
Bernard De Vos, delegado general de los Derechos del Niño le respondió en el mismo medio de comunicación, saliendo en defensa de los jóvenes (3). Menos mal.
Otra ilustración, tras los desbordamientos de este verano en Bélgica y en Francia (los encuentros festivos en Bruselas y en Lozère, por ejemplo), la BFM TV redactaba el título “Covid-19: ¿los jóvenes irresponsables?” (4).
En resumen, estos prejuicios persiguen a los jóvenes desde hace mucho tiempo y la crisis de la Covid-19 no ha mejorado esta imagen, exacerbada por los medios de comunicación.
Más allá del hecho de que es peligroso y falso hacer una generalización hablando “de los jóvenes” (como si se tratara de un grupo único cuyos individuos, todos, tuviesen rasgos idénticos y una sola forma de pensar o de actuar), sería más pertinente dejar hacer oír sus voces y escuchar a las/los profesionales sobre el terreno que acuden a pasar un verano con este grupo tan criticado.
Es en este sentido que Latitud Jóvenes, Organización de Juventud colaboradora de Solidaris, desea expresarse.
Nuestra encuesta “Jóvenes y confinamiento” (5), realizada en mayo de 2020, dio la palabra a más de 500 jóvenes francófonos, revelando que una mayoría de ellas y ellos piensan que la imagen de los jóvenes en los medios es negativa y está cercenada. Muchos se han revelado por el hecho de que a menudo sólo se recogen los casos contados en que jóvenes vulneran las reglas. Fragmentos escogidos:
“Hacen pasar a los jóvenes como unos despreocupados, cuando no todas/os somos así”.
“Tengo sin embargo la sensación de que son sobre todo los irresponsables quienes son sacados a la palestra, lo que me entristece porque eso afecta también a los jóvenes respetuosos”.
“En los medios de comunicación frecuentemente se muestra a los jóvenes que no respetan el confinamiento cuando sí, los hay, pero también hay muchos jóvenes que corren riesgos atendiendo a los ciudadanos o practicando voluntariado. En mi opinión, se sigue apuntando con el dedo a los jóvenes por sus malas acciones pero no las buenas.
Los jóvenes belgas no son los únicos en hacer esta constatación, porque una tribuna, recientemente aparecida en los medios de comunicación franceses, ha transmitido la indignación de una quincena de jóvenes adultos que se niegan a ser chivos expiatorios de esta crisis (6).
Por nuestra parte, nos gustaría dirigir la atención sobre el hecho de que, si los jóvenes han sido los más controlados y sancionados por el incumplimiento del confinamiento, no es forzosamente por que ellos respeten menos las reglas que los adultos. Quizás también es así porque los adultos que no respetaban el confinamiento tenían los medios de ser más discretos: reuniéndose en sus hogares en vez de, por ejemplo, en un parque; o tenían los medios de defenderse mejor frente a un representante del orden.
Además, hemos podido observar este verano, sobre el terreno, actitudes que difieren ampliamente de la imagen que quieren dar los medios.
En julio y en agosto, Latitud Jóvenes ha acogido a varios miles de jóvenes y niños en sus centros de vacaciones y colonias. Los jóvenes que se han encuadrado en estas actividades han debido generar una situación inédita, con protocoles estrictos que respetar y hacer respetar a los niños ahí encuadrados. Ellas y ellos han debido asimismo hacer frente a una gran restricción de sus libertades en su función de animadoras/es.
Sin embargo, bien lejos de quejarse o de tomar las reglas a la ligera: ¡nuestras/os animadoras/es han conducido este verano con maestría!
Chloé Burton, responsable de Latitud Jóvenes Lieja, nos explica:
“Desde luego, algunos jóvenes han sido o son demasiado despreocupados o irresponsables… al igual que algunos adultos. Pero en Latitud Jóvenes, también y sobre todo hemos visto que este verano jóvenes han prestado en voluntariado su tiempo para permitir que cientos de niños y de adolescentes hayan podido vivir sus vacaciones, jóvenes que se han esforzado para integrar protocolos complejos y cambiantes, hacer gala de imaginación para adaptar sus programas pedagógicos, respetar las medidas de precaución sanitaria sin inquietar a los niños ni saturar el día a día. La situación conllevaba stress, estas/os jóvenes bien habría podido renunciar… ¡pero han dado la talla!”
Si algunos se permiten calificar a “la juventud” de irresponsable basándose en la actitud de algunos, nosotros entonces queremos calificarla igualmente de ciudadana, solidaria y responsable basándonos en la actitud de una mayoría.
Así, pensamos que es importante relativizar la imagen que los medios de comunicación siguen dando de los jóvenes con demasiada frecuencia… y retener lo que resume bien la tribuna ya aludida: “Si la juventud comparte invariablemente las responsabilidades de un relajamiento colectivo de la vigilancia, no olvidemos que es también la principal víctima de esta crisis.” (6)
Para terminar, nos gustaría dirigir ante todo un inmenso AGRADECIMIENTO a los jóvenes que se comprometen con nosotros para dar acceso a unas vacaciones a miles de niños cada año, ¡jóvenes que realizan un trabajo de una calidad extraordinaria y sobre los que sin duda hemos podido contar!
Latitud Jóvenes, Organización de juventud colaboradora de Solidaris
Fuentes:
5. http://www.latitudejeunes.be/resultats-du-sondage-jeunes-et-confinement/
