«Los profesores desempeñan un papel esencial en el desarrollo del recurso más valioso de todos los países, la inteligencia de sus poblaciones«, declaró el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres.
Estas palabras fueron pronunciadas durante la publicación de las 59 recomendaciones del Grupo de Alto Nivel sobre la profesión docente, que él mismo instituyó para elaborar respuestas a la alarmante escasez mundial de profesores a la que nos enfrentamos hoy en día.
El Grupo está compuesto por diversos expertos como ministros de Educación y Trabajo, expresidentes, académicos, representantes de la sociedad civil, miembros y representantes de organizaciones sindicales como la Internacional de la Educación, estudiantes y profesores. Este último hace un llamado global a la acción para mejorar las condiciones de trabajo de los docentes. Estas recomendaciones tienen como objetivo transformar la profesión docente, es decir:
- Revalorizar la profesión.
- Revalorizar los salarios.
- Fortalecer las capacidades de los docentes a través de la formación.
Estos tres elementos se consideran indispensables para garantizar la calidad y sostenibilidad de sistemas educativos inclusivos, equitativos y eficaces.
En efecto, millones de profesores no cuentan con el apoyo, las habilidades y la formación continua necesarios para cumplir con los requisitos de los sistemas educativos. Las recomendaciones abordan diversas problemáticas globales que requieren acciones urgentes por parte de los gobiernos.
El bienestar, en el centro de las recomendaciones del Grupo
La noción de bienestar del docente, que engloba una serie de temáticas generales, ha estado en el centro de las deliberaciones del Grupo para formular estas recomendaciones. Es una responsabilidad que debe ser compartida entre empleadores, gobiernos, administradores y la comunidad educativa, no solo responsabilidad del docente.
En primer lugar, esto implica garantizar el empleo, buenas condiciones de trabajo y una carga de trabajo equilibrada, haciendo hincapié en el bienestar físico, emocional y psicosocial de los profesores. Las partes interesadas deben brindar un apoyo adecuado y un acceso apropiado al desarrollo profesional para adaptarse a los cambios actuales del sistema educativo.
Un entorno de trabajo positivo, que favorezca el bienestar y la moral de los profesores, es tan importante como una remuneración digna. Concretamente, esto ayudaría a combatir las malas condiciones laborales como la intensificación del trabajo, las altas proporciones de estudiantes por docente, la falta de seguridad laboral y los recursos limitados o insuficientes.
Todo el personal educativo debe estar involucrado
El Grupo subraya que el sistema educativo es una comunidad de prácticas donde la colaboración entre todos sus miembros es necesaria. Por lo tanto, insta a las autoridades educativas a trabajar juntamente con los docentes, sus organizaciones y todo el personal educativo, para implementar medidas sistémicas de bienestar, reflejadas concretamente en sus condiciones laborales.
El compromiso con la igualdad de género, la equidad y la diversidad está omnipresente en todas las recomendaciones. El entorno laboral debe ser inclusivo, seguro y no discriminatorio para todas las personas que lo componen, en su diversidad.
Teniendo en cuenta el lugar que ocupan actualmente las tecnologías digitales en nuestra sociedad, el Grupo también examina su uso en la educación y el papel que deben desempeñar dentro del sistema educativo. Deben permitir a los docentes beneficiar de una mayor autonomía profesional, pero no deben sustituir a las relaciones humanas esenciales.
En general, las recomendaciones finales, ampliamente consensuadas en el Grupo, reflejan las demandas sindicales mundiales y los resultados de encuestas como el Barómetro Internacional de la Salud y el Bienestar del Personal de la Educación (I-BEST).
A continuación, puede descargar el documento que expone las 59 recomendaciones formuladas y un resumen de las deliberaciones del Grupo de Alto Nivel aquí.
