Para enfrentarse a la creciente falta de docentes en Madagascar desde 1975 y para paliar la inacción del gobierno malgache, los padres de alumnos se han visto obligados a contratar a docentes para que los niños puedan seguir una escolaridad. Es así como ha nacido una nueva categoría de docentes: los maestros FRAM, contratados y remunerados por las FRAM, las asociaciones de padres de alumnos.
Las condiciones de trabajo de los maestros FRAM son muy precarias: ningún contrato de trabajo, ingresos muy bajos pagados antes por los padres de alumnos y desde hace unos años cada 3 ó 4 meses por el gobierno, ninguna protección social, poca o ninguna formación.
Hace poco, el gobierno malgache decidió integrar a los maestros FRAM en el seno del ministerio de la educación nacional para garantizar un nivel de formación adecuado y mejorar las condiciones de trabajo, que sin embargo siguen siendo, incluso para los docentes funcionarios, muy difíciles.
Está previsto integrar a 10.000 maestros FRAM cada año al ministerio. Son más de 50.000 los que están en espera de contratación.
Entrevista con Mirana, Maestra FRAM
Me llamo Mirana. Soy maestra FRAM. Enseño en un pueblo a unos cincuenta kilómetros de la capital Antananarivo. Enseño todas las asignaturas a 31 alumnos de una edad de unos 14 años.
No tengo contrato de trabajo. Realizo una parte de mi trabajo como voluntaria. Percibo una subvención trimestral de Ministerio. La última subvención fue pagada en junio de 2016. Antes, los padres contribuían en la remuneración de los maestros FRAM pero desde que el Estado nos paga una subvención, ya no desean contribuir.
No tengo contrato de trabajo ni protección social. Si estoy ausente más de tres días, paso a ser sustituida y pierdo mi empleo. A pesar de las condiciones de trabajo difíciles, me gusta enseñar y no me rendiré nunca.
